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Dejamos los garbanzos en remojo durante 8 horas, en agua templada y con una pizca de sal. Una vez pasado este tiempo los deslavamos con agua templada. En una cazuela, introducimos agua limpia a calentar. Cuando empiece a hervir, añadimos los garbanzos. Los cocemos a fuego lento durante una hora, quitando la espuma que vaya saliendo del cocido (también podemos recurrir a garbanzos de bote en conserva). Mientras los garbanzos se cuecen, cortamos la zanahoria y la cortamos en 'brounoisse' (cuadraditos muy pequeño). Pelamos y picamos finamente el tomate. Pasada la primera hora de cocción de los garbanzos, añadimos la zanahoria. Ponemos un poco de sal y seguimos manteniendo los garbanzos a fuego lento. En una sartén, calentamos aceite y freímos el ajo picado, la cebolla troceada, el tomate, junto con los calamares (estos los trocearemos si son muy grandes). Cuando empiecen a dorarse, añadimos el pimentón y removemos la mezcla rápidamente mientras agregamos el tomate. Rehogamos todo hasta que se elabore el sofrito con los calamares, que añadiremos a los garbanzos. Cocemos el conjunto otra hora, probamos el punto de sal y rectificamos si es necesario. |
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