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Doramos en una sartén con 4 cucharadas de aceite caliente, el conejo, previamente salpimentado hasta que coja un color uniforme. Una vez dorado el conejo agregamos un vasito de vino blanco y dejamos cocinar hasta que se evapore el vino. Cocinamos a fuego suave la cebolla picada y el preparado de pisto. Abrimos los tomates, quitamos el jugo interior y los añadimos al pisto. Juntamos el pisto con el conejo, tapamos el recipiente y cocemos a fuego lento durante 40 minutos, removiendo de vez en cuando. Ponemos a punto de sal. Dejamos reposar 5 minutos fuera del fuego y servimos el conejo junto con el pisto. De todas las maneras todos los guisados y carnes en salsa quedan más sabrosos si las hacemos de un día para otro. |
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